Anterior al musical, fue la fantástica película de Disney; la cual, a su vez, es una recreación animada y en colorines de la oscura historia que ya filmara en 1945 el director de cine francés Jean Cocteau. Todas esas versiones remiten más o menos fielmente al cuento de Jeanne-Marie LePrince de Beaumont, una avispada escritora francesa que ganó la posteridad cuando en 1756 tuvo a bien resumirnos las más de 400 páginas de alguna de las versiones escritas de la historia que ya circulaban en la Europa del siglo XVIII. Estas historias / versiones bebían también de fuentes tradicionales, tanto orales como escritas que aparecen y desaparecen y se repiten con todos los matices en diferentes contextos de tiempo y de lugar.
Sesudos lectores, para quienes leer un cuento de niños puede parecer poca cosa, quizá prefieran orientar su lectura a otra “primera versión”. La encontramos en la novela El asno de Oro que escribió allá por el siglo II d.C. el romano Apuleyo, probablemente también escuchada de boca de otros, y en la que se incluye la historia de Eros y Psique: Uno de los mitos más bellos y significativos de la antigüedad clásica que mantiene, aún hoy, toda su vigencia.
Sesudos lectores, para quienes leer un cuento de niños puede parecer poca cosa, quizá prefieran orientar su lectura a otra “primera versión”. La encontramos en la novela El asno de Oro que escribió allá por el siglo II d.C. el romano Apuleyo, probablemente también escuchada de boca de otros, y en la que se incluye la historia de Eros y Psique: Uno de los mitos más bellos y significativos de la antigüedad clásica que mantiene, aún hoy, toda su vigencia.
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