lunes, 2 de abril de 2007

querido Barón, buen viaje

Sólo tú sabes terminar lo que tanto cuesta comenzar, y nunca comenzamos. Llegas racionalmente, a través del desasosiego de una vida que nada nuevo te aporta y la necesidad de legar la perfección de una obra imposible de realizar, al convencimiento de que desaparecer es lo oportuno; y el acto que te dará la victoria por la excelencia que encierra el haber reconocido tu derrota.

Querido Barón, sólo decirte dos cosas antes de partir:

¿Tú pesimismo racional no te dice que ninguna criatura imperfecta puede realizar, aunque si anhelarlo, el arte superior y perfeccionista que te exiges a ti mismo para tener el convencimiento de ser dominante en tu arte?

Y entiendo tu frustración como humano que no haya la felicidad; la castración emocional de la sociedad reprochadora, de nuestros a veces inhumanos congéneres, y el haberte cercenado a ti mismo toda posibilidad de realización, con la desidia y orgullo, no lo han puesto nada fácil.

Y un consejo:
Si quieres partir, viaja en busca de esa obra perfecta que tanto ansías, búscala por todas partes ya que no la encuentras en ti, y no pares hasta encontrarla o reventar de madurez. Aventúrate, toma otro baúl y vuelve a llenarlo; pero esta vez no de experiencias propias, sino ajenas, contempla la vida sin juzgarla; tal vez de esta manera no la veas tan inútil.
En cualquier caso, te deseo buen viaje, amigo; sé que algún día todos nos veremos.
Desde la más cercana distancia, en afecto, serafín.

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